Hoy me he levantado, he mirado por la venta y estaba lloviendo, mirando fijamente a las gotas de agua que caían sobre la ventana tímidamente, pensé, que el tiempo es como nuestra vida, cambia y no sabes lo que va a pasar.
Pero aquí estamos, viviendo el día a día, con nuestras ilusiones puestas en un mañana mejo, nuestras alegrías por ver algo especial en cada persona, nuestros fracasos de no poder acceder a nuestras alegrías e ilusiones, en nuestros desengaños, que cada día hay alguno, y con nuestro dolor de ver que se me escapa de las manos como humo la vida.
Cada uno tenemos nuestro rinconcito particular donde guardamos lo mejor de cada etapa de la vida, en un rincón guardamos los tristes y lo peor.
En nuestro corazón, en ese lugar, guardamos en un trocito el dolor, en otro los buenos momentos, y en un lugar preferente y privilegiado, ahí, ahí es donde guardamos el amor.
El sol brilla para los dos, la luna y las estrellas resplandecen en las noches oscuras para iluminarnos, pero el amor, el amor, la amistad, la alegría y el dolor, todos ellos cogidos de la mano, están ahí para siempre
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